El ingreso en la escuela infantil supone un cambio muy importante para el niño, pues es pasar del entorno familiar, de un ambiente que siempre le ha proporcionado seguridad, protección, a un ambiente nuevo y desconocido para él, con otros niños y adultos. Pueden surgir conductas particulares en las primeras semanas, llanto, pataletas, retraimiento, etc.; pero se debe tener presente que una adecuada intervención ayudará a superar este proceso y que no solo es un periodo de adaptación para los niños, para los padres y la educadora también lo es.
Las reacciones más comunes que suelen surgir en este periodo son:
Conductas externalizantes: Niños que lloran, patalean, pegan, no quieren comer, se niegan a dormir e incluso pueden aparecer enuresis.
Conductas internalizadas: Niños que se muestran retraídos, callados, que experimentan una reacción depresiva, evitarán la relación con los otros niños y con la maestra, se refugiará en su soledad o en el objeto que haya traído de su casa, preferirán estar solos.
En general todo niño o niña pasará por un período de adaptación, no debemos alarmarnos sino estar atentos a sus reacciones pues un niño que no llora o no reclama atención puede pasar como inadvertido. En este y todos los casos hay que prestarle mucho apoyo, afecto, transmitirle la seguridad necesaria.
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